Hoy, hemos estado en el segundo de Fuentelencina, precioso pueblo con un muy buen encierro, perfectamente organizado, y muy vistoso para el espectador. Desgraciadamente el novillo no estaba por la labor, y el echo de que lo acompañaran nueve mansos no a ayudado mucho.
El animal, nada mas salir al campo echo pies con el sol a la espalda, y no paro hasta el final del encierro. Desde el lugar donde se ha dado por finalizado el festejo, me ha tocado andar 45 minutos para llegar al pueblo.
En varias ocasiones, los caballistas reunieron la manada con los nueve bueyes y el "manso" intentando hacerles volver, pero siempre fueron intentos infructuosos, el novillo se mantenía con los cabestros hasta que lo colocaban cara al sol, en ese momento de forma invariable se volvía y ponía pies en polvorosa con el sol a la espalda.
Poco mas que añadir, salvo mi sincera felicitación a Fuentelencina por este magnifico encierro, que se merecía un novillo en condiciones, que solo tuvo presencia.
